A veces, necesitamos un cambio de perspectiva para comprender algunos de los misterios que esconden los paisajes de África. La historia de África se hace patente en su rostro antiguo y arrugado; solo desde el aire nuestra vista puede abarcar este tapiz impresionante en toda su grandeza. Escarpadas fallas, cañones erosionados por el agua, orillas de lagos con costras de sal, ríos serpenteantes, arroyos y cursos de agua estacionales marcan el paisaje como venas que transportan la savia de la tierra. Los senderos de caza entrecruzan los espacios abiertos como una delicada red tendida sobre el suelo. Solo desde estas alturas podemos ver la tierra tal como es, una forma viva singular.

En el Serengeti, despegamos al amanecer para sobrevolar las vastas llanuras del Serengeti en la góndola de un globo aerostático, lo que ofrece la oportunidad de ver la famosa migración de ñus desde el aire. Los vuelos panorámicos en avioneta le brindarán una perspectiva aérea del espectacular valle del Rift y las tierras altas volcánicas de Ngorongoro o sobre la miríada de arrecifes y bancos de arena que salpican las aguas color aguamarina de Zanzíbar y Pemba. La máxima libertad se puede obtener en helicóptero, con la posibilidad de aterrizar donde decidamos. Los helicópteros abren la posibilidad de aventurarse más lejos con relativa facilidad y llegar a lugares magníficos, desde los confines de la cuenca del lago Natrón hasta picos remotos.